Love your body

¿La inspiración para éste post? La mujer actual.

Si, aquella que es independiente, que busca la igualdad de género, que camina orgullosa sobre tacones de once centímetros pero que también es víctima de la mercadotecnia del siglo XXI y de los «cuerpos perfectos» que inundan nuestra visión.

¿A dónde voy? Que a menos de que vivamos en una cueva y en ella no exista aún publicidad que nos cree ideas sobre qué es la belleza; diariamente nos encontramos con anuncios que nos muestran “cuáles deben de ser las medidas perfectas” para poder vernos bien.

Lo peor no es eso, lo que más me alarma es la facilidad con que logran cosechar esa idea en mujeres realmente bonitas y cero necesitadas de hacerse cualquier cambio.

Y es que en los últimos días he escuchado a mujeres muy lindas, decir toda la cantidad de cirugías que quisieran hacerse.

Es normal y creo que hasta es parte del ser humano, el hecho de que nunca estemos conformes con lo que tenemos y siempre anhelemos de más, pero en particular nosotras siempre estamos en búsqueda del cuerpo y rostro perfecto, pero ¿cuándo es el momento correcto de parar y comenzar a aceptarnos?

He intentado en repetidas ocasiones, platicando con amigas y escribiendo para ustedes, trasmitirles lo que pienso respecto a esto, una idea clara, sencilla pero que el impacto sí logramos grabarlo en la memoria de alguien (comenzando por ti, que estás leyendo esto), creo que podría ayudar en mucho.

No existe la mujer perfecta, (ni el hombre, no se preocupen), entonces ¿por qué atormentarnos en buscar algo que no existe?.

¿Por qué pasar los días acomplejadas y limitándonos de lo que nos espera allá afuera?

Y aclaro, no estoy en contra de las cirugías, sólo analicen sí estas son realmente necesarias.

Les comparto algunos de mis puntos que creo deberían de considerar antes de pensar en tener algún acercamiento con el bisturí:

¿Por qué quiero cambiarlo? Sí la respuesta es por ti, ok pasa a la siguiente pregunta. Sí la respuesta es porque tu novio, esposo, familiar o amigos creen que es conveniente. NI LO PIENSES.

¿Realmente no puedo vivir con eso? Es decir, sí esa lonjita que dejó la cena de navidad se ha convertido en algo que ni con dieta y ejercicio puedes controlar, ok sigamos con el test.

¿Eres realista o necesitas lentes? Si, conozco casos donde pasaron la pregunta 1 y 2, pero no porque sea real, sino porque son más críticas que sus peores enemigas, así que sí este es tu caso, acércate a quien más confianza le tengas, coméntale tu “problema” y sí esa persona cree que también lo necesitas, sigue adelante, sí tu caso es el contrario, un ratito de terapia y cursitos de “Cómo recupero mi autoestima” no te vendrían nada mal.

Sí aprobaste todas las preguntas anteriores, pero ahora el punto es NO tengo dinero para operarme o sí descubriste que aquella imperfección en la nariz no es para tanto, aquí la clave para seguir adelante, disfrutar de la vida y vivir sin querer esconder tu cara o cuerpo en una bolsa de papitas.

Acepta que TODAS y cada una de las mujeres de este planeta somos imperfectas, que todas en cierta medida tenemos algún “trauma” con nuestro cuerpo no importando en qué tamaño o qué condición (para nosotras siempre será el más grave).

Aprende a vivir con él. Sí tu problema es el peso, busca la manera de disimularlo con ropa que favorezca tu silueta, aquí bien aplica el dicho “de la moda, lo que te acomoda”. Sí tu problema es la nariz, el cachete o los ojos pequeños, aplícate a un buen curso de automaquillaje y listo, créanme el make up puede hacer milagros.

La vida como la guerra. Sí ya sabes cuál es tu debilidad, no le des armas al enemigo. Más claro ni el agua y sí no fue así se los explico, no vayan por la vida divulgándole a todo el mundo qué les acompleja, sí tener las piernas tan flacas, no tener tanta pompi o que su nariz es igualita a la de su cotorro, lo único que logran hacer es, que sí no lo habían notado antes, a partir de ahora ya tienen armas para bullearlas.

Y para concluir, lo que siempre digo, nada marca más diferencia que la ACTITUD que tomes al enfrentar la vida, así que deja de menospreciarte y QUIÉRETE, que el amor comienza de adentro para afuera.